
Clima en Estados Unidos impacta en la producción
Cuando todas las noticias negativas estaban descontadas en los precios y con los fondos especulativos consolidando posiciones vendidas record en el mercado de Chicago, ocurrió el rebote que el productor estaba esperando.
Faltaba el detonante que prendiera la mecha, y eso fue lo que pasó con el exceso de lluvias en el cinturón agrícola de Estados Unidos (EEUU), que retrasa la siembra de maíz y soja. Para entender la situación y la gravedad del problema debemos saber que está en juego el 35% de la producción mundial de soja y de maíz y que las exportaciones de EEUU representan el 38% del maíz y el 35% en soja del total de exportaciones del mundo.
Frente a esta incertidumbre, era lógico que los mercados pusieran una prima de riesgo en los precios. Desde el 10 de mayo a fines de ese mes, el maíz subió en el mercado de futuros de Chicago un 21%, equivalente a 30 USD/ton, y la soja subió un 9% equivalente a +25 USD/ton en el mismo período.
El argumento de la suba son las intensas lluvias en EEUU, que ponen en riesgo la siembra de la cosecha gruesa. Al 3 de junio se encuentra implantado solo el 67% del maíz y el 39% de la soja cuando lo habitual es tener sembrado el 96% del maíz y el 79% de la soja.
Debido a lo avanzado de las fechas va a haber una caída importante del área sembrada de maíz, que se estima entre 2 y 4 millones de hectáreas. Si tomamos los rindes de tendencia, la merma de producción de maíz por caída de área sería entre 22 y 44 millones de toneladas a lo que habría que sumarle una probable baja de rindes, ya que la siembra tardía tiene mayores probabilidades de merma en los rendimientos por hectárea.
Si esto se concretase, los stocks finales de maíz en EEUU se reducirían considerablemente, convalidando precios sostenidos para el maíz. Hay que tener en cuenta que parte de esta área que no se siembre de maíz puede pasar a soja y que todavía hay tiempo para avanzar en la siembra de la oleaginosa.
Los fundamentos en soja, por el momento, no son tan alcistas como para el maíz. La demanda de soja de China se ha debilitado; sus importaciones en 2018 fueron 94 millones de toneladas y se estima que en esta campaña caerán a 86 millones y se calculan en 87 millones para 2020.
Sin embargo, el problema de la peste porcina africana es un tema a considerar seriamente, ya que se calcula que la producción de carne porcina en China puede caer un 20%, lo que implicaría una reducción de aproximadamente 9 millones de toneladas de importaciones de soja. Esto representa una amenaza que el productor no debería pasar por alto.
Otro factor a tener en cuenta es que debido al recrudecimiento de la guerra comercial entre EEUU y China, los precios de la soja sudamericana se han revaluado considerablemente respecto de la soja de EEUU.
Desde abril los basis o primas FOB de la soja argentina y uruguaya han subido casi 30 USD/ton adicionales a la suba del mercado de Chicago y esta suba también se traslada en gran parte a las cotizaciones de la soja del año que viene. Está claro que el maíz tiene un problema y que el cuadro de demanda tanto para EEUU como a nivel mundial ha cambiado y que para que los stocks sean adecuados hace falta racionar la demanda a través de la suba de precios.
A este respecto, el mercado ya ha hecho un buen trabajo con la suba de precios, que se vio amplificado por el efecto de recompra de los fondos de inversión. En soja la situación es un poco distinta, ya que todavía no es tan clara la baja de área en EEUU.
Todavía queda ver cómo evolucionará el clima durante el período crítico de la floración del maíz en julio y el llenado del grano de soja durante el mes de agosto, con más riesgo de más calor y menores lluvias debido al atraso. Aunque las probabilidades tiendan a ser menores hay que tener en cuenta que un buen clima durante el verano en Estados Unidos puede compensar en parte las pérdidas por caída de área.
Por Carlos Sánchez Negrete – Asesor de ADP Agronegocios del Plata