¿Cómo elegir la mejor variedad?

Por: Ing. Agr. Manuel Artigas, Responsable de Investigación y Desarrollo en Semillas de ADP.

Entre productores, muchas veces, conversamos acerca de cuál es la mejor variedad de semillas, lo cierto es que, esa famosa “variedad” generalmente depende de muchos factores, incluso puede pasar que una misma variedad puede ser mejor para una amplia gama de situaciones o para ciertos negocios, pero no ser apta para otros.

Con ese concepto en mente, el objetivo de ADP – Agronegocios del Plata es abrir un abanico de posibilidades y oportunidades, una caja de herramientas para que los productores puedan atacar los nichos de mercado que se abren y/o solucionar sus problemas específicos.

Mucho antes de que una nueva variedad llegue a manos del productor debe cumplirse un proceso de validación muy exhaustivo, mediante el cual se evalúa si cada línea experimental se adapta a las exigencias del mercado en cuestión. En este sentido, muchas veces pasa que de un “set experimental” (elevado número de líneas experimentales inéditas) no se pueda detectar ningún material que se adecúe a los estándares a los cuales aspiramos. Para dar una idea básica de los que son los programas de selección y validación de materiales es bueno tener presente algunos números de los principales cultivos con los que trabajamos que son trigo y colza.

Trigo

En este cultivo es el que tenemos más maduro el proceso, anualmente evaluamos aproximadamente 70 nuevas líneas experimentales en 2 localidades y 2 fechas de siembra, de ahí se “filtra” minuciosamente los materiales que tienen las características agronómicas deseadas y si alguno se adapta a nuestro objetivo lo avanzamos al siguiente nivel de prueba.

En el próximo paso el cultivar avanzado se ingresa a la red de Evaluación Oficial de INASE-INIA y contemporáneamente se evalúa en la mayor cantidad de localidades posibles en nuestros ensayos de macroparcelas, cuyo fin es la validación a campo de las variedades. Luego de un periodo, que va de 2 a 3 años de validación, los cultivares que demuestren estar adaptados y que reúnen las características deseadas se lanzan al mercado.

 

Un ejemplo claro de este proceso es el caso del programa de trigo de calidad superior, donde se hizo un estudio de mercado y se detectó que había un faltante importante de materiales de calidad mejoradora. Sobre esta base lanzamos al mercado la variedad Curupay, un trigo de calidad diferencial y que además tiene buena productividad y muy buena sanidad en términos generales.

 

Colza

En este cultivo, además de buscar materiales que sean más productivos y de características agronómicas deseadas (ciclo, dehiscencia, etc), se hace especial énfasis en el comportamiento sanitario de los nuevos materiales, ya que hemos visto que la variabilidad en esa característica puede ser muy amplia, y de darse las condiciones predisponentes puede convertirse un factor muy determinante en el éxito o fracaso de un cultivo. Es por ello que hemos sido muy cautelosos en el recambio varietal, y recién luego de 4 años de selección tenemos un material que decidimos avanzar y que próximamente estaremos presentando al mercado.

 

¿Cómo elegir la mejor variedad?

Como supondrán luego de leer la nota, no existe una “mejor variedad” sino que de lo que podemos hablar es de que hay variedades más adaptadas a determinados ambientes que otras, o que su producción es más valorada por algún mercado que otro. Lo que sí está claro es que una buena variedad es aquella que está correctamente validada y profundamente evaluada en una amplia gama de ambientes y por sucesivos años. En este sentido, una gran ventaja del área de Investigación y Desarrollo de ADP es que cuenta con el acceso a un área de producción propia, que está al servicio de la investigación y siempre está demandando tecnología. Esto nos obliga a estar en constante búsqueda y una vez que detectamos algo promisorio, podemos probarlo antes de lanzar al mercado. Esto nos permite llegar al agricultor con un producto confiable, seguro de usar, probado y validado.

La decisión de ADP de presentar al mercado un nuevo cultivar no se toma de un día para el otro.