Terminó enero, uno de los meses más duros del año

Por: Ing. Agr. Diego Guigou, Responsable Líder de Producción Agrícola de ADP – Agronegocios del Plata.

 

Se está terminando el mes más complejo para sobrellevar. Las altas temperaturas, sumadas a la falta de precipitaciones, han marcado el primer mes del año con distintos impactos, zonas donde las lluvias de los últimos días impulsan una recuperación en la mayoría de los cultivos menos en el maíz de primera, y zonas donde aún no llovió y siguen muy marcadas, con daños en algunas chacras que ya son irreversibles.

 

Los maíces de primera no lograron en su mayoría sobrellevar la sequía y van a tener rindes muy bajos. Por lo tanto, va a ser muy importante el precio de colocación para tratar de reducir lo máximo posible las pérdidas que se van a generar.

 

Las sojas en general, donde llovió vienen sobrellevando la situación y en muchos lugares logrando una recuperación, ya entrando en general al periodo crítico donde se juega realmente el partido. Existen varias zonas donde aún las lluvias no se dieron y es prematuro para saber el futuro de esas sojas. Algunas de segunda se perdieron, pero las de primera y las de segunda sembradas más tempranas vienen resistiendo (Flores y San José).

 

Hay muchas prácticas para intentar sortear el mes de enero y sobre todo el año seco, que vienen surtiendo efecto, pero como todas las cosas, tienen un límite donde el déficit es tan grande que ya ni esas prácticas permiten soportarlo.

 

Una de ellas y de clara observación este año fue el corte de surcos en la siembra cuando se llega a una zona que ya había sido sembrada. Lo que habitualmente llamamos REPASO. Esto permitió que esas zonas lograran sobrellevar el déficit sin terminar el ciclo.

 

Se vio claramente que en las zonas donde las sembradoras no tenían esta tecnología llevaron a que se mueran evitando la posibilidad de llegar a la lluvia siguiente. Son detalles que a la larga aportan cuando se da un stress tan fuerte.

 

Lo mismo pasa con las poblaciones y la adaptación de las distintas genéticas a los periodos de stress. Es muy claro en maíz, este año con poblaciones bajas, la capacidad de sobrellevar los momentos de falta de agua. En ese sentido, es clave seleccionar híbridos que después tengan la capacidad de compensar a través de espigas flex o con dobles espigas que permitan alcanzar rendimientos altos sin sufrir tanto cuando las condiciones no se dan.

 

A la espera de las lluvias de esta semana, las cuales serán de vital importancia para definir las zonas donde aún no llovió, qué cultivos aún pueden seguir en carrera y cuáles no, vamos mirando de reojo la planificación de los próximos cultivos de invierno, a sembrarse a partir del mes de abril.

 

Luego de una zafra de invierno histórica a nivel país, donde DIEA (Estadísticas Agropecuarias del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca) confirmó muy buenos rendimientos y un área muy importante, se nos presenta un año que comienza distinto.

 

Los precios de los insumos no pasan por el mismo momento que hace un año atrás, cuando la guerra comenzaba y la inestabilidad marcaba precios muy altos, sobre todo en los fertilizantes y también en los valores de los granos. Lo difícil era tomar el riesgo al momento de la siembra sin poder vender todo el volumen.

Este año los precios están mucho más estabilizados, el valor de los granos es muy bueno, aunque menor al de aquel entonces, y pasa algo similar con los insumos. Seguramente el desafío que está en la cabeza de los productores en este momento es la posibilidad de enfrentarnos a un invierno Niño o con lluvias por encima del promedio, después de tres años secos.

 

En cultivos de invierno, esto puede ser un problema, tanto para la calidad de los granos, sanidad de los cultivos y para el posible rendimiento en un año con mayores precipitaciones. Al hacer los números, el punto de equilibrio es similar al que veíamos el año pasado a esta altura, unos 3.800 kg/ha para trigo y cebada, y para colza 1.700 kg/ha, incluyendo una parte de la renta agrícola anual.

 

Queda camino por recorrer y esto seguramente vaya a ir fluctuando, pero nos da una idea del punto de partida, similar al de años anteriores, que en nuestro caso nos impulsa a seguir con las rotaciones estables. Las gramíneas invernales posteriores a colza tienen un plus de rendimiento, el trigo es un muy buen antecesor para maíz de segunda y aparecen algunos ciclos más largos, como Maiten, que tiene un gran potencial de rendimiento y sanidad. A su vez se agregan a la paleta productos trigo como Álamo, que ayudan cuando las fechas de siembras se va más tarde. Es un trigo con excelente PH y alto potencial de rinde.

En un momento de incertidumbres frente a lo climático es importante tener planificación y en ella poder ir midiendo distintos escenarios y poderse adaptar rápido a las señales que nos dan los mercados.

 

Se deben tener objetivos de precios de compras de insumos y ventas de grano, para cuando los mercados dan las oportunidades, lograr capturarlas. Tanta volatilidad existente al día de hoy hizo que, por ejemplo, cuando sembramos la colza el año pasado superaba los US$ 730 la tonelada y a cosecha el valor estaba en el eje de los US$ 500 por tonelada. Son cambios que impactan mucho en los resultados de las empresas, incluso logrando buenas productividades.