
Fundamentos alcistas en un escenario macroeconómico negativo
Por: Carlos Sánchez Negrete, asesor de Mercado de ADP – Agronegocios del Plata.
Nuevamente el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) sorprendió con datos alcistas para maíz y soja en su reporte del 12 de octubre pasado. Respecto del maíz bajó su estimación de producción de EEUU de la campaña 2021/22 que finalizó al terminar el mes de agosto en -1 millón de toneladas y ajustó la demanda de consumo para forraje hacia arriba, razón por la cual los stocks finales de la campaña pasada terminaron con casi 4 millones de toneladas menos respecto a las estimaciones de setiembre, con una escasa relación stocks/consumo de apenas el 9%. Algo similar hizo con la producción de la campaña actual 2022/23, que se está cosechando, disminuyendo el rinde y por consiguiente la producción estimada en -1,25 millones de toneladas.
El resultado combinado de menores stocks iniciales (stocks finales de la campaña pasada) y menor producción redujo la oferta de maíz en 4,3 millones de toneladas respecto del mes pasado. Debido a esta merma el USDA debió recalcular la demanda hacia abajo para no dejar los stocks finales de la presente campaña en niveles críticos. De todos modos, los stocks cayeron – 1,16 MMT dejando una exigua relación stocks consumo para maíz en EEUU de apenas el 8%.
Por el lado de la soja, los ajustes de oferta y stocks también fueron hacia abajo, lo que representó una sorpresa alcista para el mercado. Disminuyó su estimación de rinde para la soja de la campaña actual -1,5% impactando la producción en -1,7 MMT. Por tanto, también tuvieron que bajar la demanda por exportaciones para dejar los stocks finales sin cambios respecto del mes pasado. La lógica que explica la baja de exportaciones parte de un supuesto alcista, ya que al haber menor oferta los precios subirían y eso reduciría la demanda de exportaciones. Los stocks finales proyectados al final de la presente campaña serían apenas 5,4 millones de toneladas, que representa apenas 4,5% de relación stocks/consumo.
Como vemos por el lado de los fundamentos de mercado tenemos razones para esperar precios sostenidos, ya que es necesario una buena producción en Sudamérica que compense la caída de Estados Unidos. Estamos en un tercer año “Niña” desde el punto de vista climático, lo que sabemos no es bueno para las producciones de Argentina, Paraguay, Uruguay y sur de Brasil, y pone en riesgo las optimistas proyecciones del USDA para Sudamérica.
Pero el riesgo más grande para los precios viene del lado de la economía mundial. El mundo se encuentra con una inflación muy alta que está siendo combatida con subas de tasas de los bancos centrales de los todos los países. La suba de tasas provoca menos crecimiento y muchos temen que el mundo entre en una recesión. China por primera vez en muchísimos años va a caer en su PBI. Esto está provocando una suba pronunciada del dólar (Estados Unidos es quien más está subiendo las tasas de interés) y una fuerte caída de los commodities no agrícolas. Desde fines de agosto, el petróleo cayó –12%, el cobre -7 % y el dólar subió +4% vs una canasta de monedas. El riesgo está en que una recesión implica menor demanda y si China demanda menos y Sudamérica tiene una buena cosecha, los mercados de soja y maíz pueden ver bajas hacia adelante. Todavía es temprano y los fundamentos siguen siendo firmes.