
La gestión de Ricardo
En ADP – Agronegocios del Plata, además de dar mis primeros pasos en el mundo laboral y abrirme la posibilidad de entrar al sector de los mercados agrícolas, que me apasiona, realicé una de las capacitaciones más importantes de mi vida, el MBA, Master en Dirección y Administración de Empresas.
Hoy se me viene a la mente una de las historias que recuerdo de estos sucesos por el año 2008.
Decía algo así: en una empresa allá por el año 1998 Ricardo era el responsable de pagar los sueldos. Era fin de mes, no existía la ley de Inclusión Financiera y los sueldos se manejaban en efectivo.
Preparando todo para realizar los pagos al día siguiente no se dio cuenta de que ya eran las 19:30 horas. La chica encargada de la caja fuerte ya se había retirado y él tenía US$ 14.000 en efectivo.
Ricardo decidió llevarlos a su casa. Al salir de la empresa, descubrió que en el tablero del ascensor el número 14 estaba roto y destellaba. Ya en la calle, un grupo de corredores pasó a su lado. El último llevaba el número 14.
Sin querer miró un taxi que tenía el número 14 y esto siguió ocurriendo.
Camino a su casa pasó por el casino, sintió la necesidad de entrar porque algo le dijo que la suerte estaba de su lado. Entró con el dinero de los sueldos y apostó US$ 14.000, al número 14.
El crupier hizo girar la ruleta, lanzó la bola en sentido contrario, segundos que parecieron horas mientras la bola picaba en las divisiones. “¡No más apuestas!”, se escuchó. Y salió el número 14 haciendo a Ricardo ganador de US$ 500.000.
La moraleja de esta historia es que obtener buenos resultados económicos no significa que se haya hecho una buena gestión y tomado las decisiones correctas. El resultado fue buenísimo para Ricardo, pero la gestión no fue para nada la adecuada.
En el mercado de la soja estamos en una buena situación, queda soja sin vender, algunos más, algunos el 100%, algunos menos. Tuvimos una ayuda que llevó los precios a una situación muy buena. Esta ayuda vino en forma de lluvia en Estados Unidos. Llueve desde hace más de treinta días y no deja sembrar.
Para adelante, ¿sigo esperando que llueva y que no puedan sembrar en el norte? ¿O administro el riesgo y el futuro de mi empresa más allá de un simple ‘no va a parar de llover’?
Por Cr. MBA Pablo Della Mea