La soja siempre nos da revancha, pero miremos hacia los dos lados para cruzar con seguridad

Por: Carlos Sánchez Negrete, asesor de Mercado de ADP – Agronenegocios del Plata.

 

En el último tramo del desarrollo de los cultivos de verano en EEUU, los productores y analistas venían evaluando el daño producido por las escasas lluvias de agosto. En general el consenso era que el maíz había llevado la peor parte, pero que la soja no estaba tan mal.

 

El reporte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) del 12 de septiembre pasado, sorprendió a todos. Sus números de rinde y producción fueron más pesimistas que los esperados para el maíz y mucho peores para la soja. En el caso del maíz, bajó la producción en -10.5 millones de toneladas respecto de su estimación de agosto, y -3,8 MMT menor a las estimaciones privadas.

 

Es la primera vez en siete años que el USDA en septiembre hace una estimación de producción menor a la esperada por el mercado, pero no solamente hubo una baja en el rinde sino también redujo  el área en 0,4 millones de hectáreas, cosa que el mercado no esperaba. En definitiva la oferta total de maíz cae -22 millones de toneladas respecto del año pasado y pone al mercado en la necesidad de racionar la demanda debido al muy bajo nivel de stocks finales proyectados, con una relación stocks/consumo de apenas 8,5%.

 

Por el lado de la soja, la sorpresa fue más grande aún. Tanto que los precios de la soja en el mercado de Chicago subieron +28 usd/ton el día en que se publicó el reporte. El USDA bajó el rinde estimado respecto de la estimación de agosto en  -2,7%, cuando los analistas calculaban en promedio una caída del -0,8%. Esto se tradujo en una baja de la producción de -4,16 MMT respecto del mes pasado, cuando los stocks eran de solo 7 MMT.

 

Es la reducción del reporte del USDA de agosto al reporte de septiembre más alta en 19 años y la mayor diferencia de la historia para el mes de septiembre, entre lo informado por el USDA y lo esperado por los analistas.

 

Con stocks finales extremadamente bajos y una relación stocks/consumo cercana al 6% muy cerca de mínimos históricos, el USDA debió racionar la demanda estimada para el año que viene para no quedarse sin stocks. Por tanto, redujo la demanda -2,5 MMT, redujo exportaciones en -1,9 MMT y la molienda la bajó -0,6 MMT para de esta manera hacer que “cierren” lo stocks finales.

 

Con esta nueva información no queda lugar para futuras reducciones de producción, ni futuros aumentos de demanda. Toda la presión queda en la nueva cosecha sudamericana, la cual se espera con un considerable aumento respecto del año pasado de +35 millones de toneladas en soja y +12 MMT de maíz.

 

Tengamos en cuenta que no todo es mirar la reducción de la oferta, sino que hay que prestar mucha atención a la demanda futura. Históricamente siempre descansamos con la tranquilidad que el crecimiento de la demanda china era un hecho. Sin embargo, el crecimiento económico chino viene ralentizado, influenciado por las cuarentenas por Covid que siguen cerrando ciudades enteras, y por una crisis en el sector inmobiliario y de la construcción que representa en conjunto el 30% del PBI chino. Miremos hacia los dos lados para cruzar con seguridad.